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¡Ayuda! Me siento en descontrol total alrededor de la comida.

Si consideras que sientes muy poca confianza en ti alrededor de ciertos alimentos y que pierdes el control con los mismos, en este artículo encontrarás herramientas para volver a, o por primera vez, describir tu sensación alrededor de la comida a través palabras como calma, confianza y disfrute.

Tiempo de lectura: 4 min

¿Alguna vez has tenido antojos de alimentos específicos que no le permiten a tu cabeza poner atención plena a todo lo demás, episodios de picar y picar en ausencia de hambre o bien sentir que por más que comes el hambre nada más no se va, sentir miedo porque la última vez que te permitiste comer ese alimento no podías parar, pasar de picotear alimentos dulces a salados y que el ciclo se repita para luego encontrarte con una sensación de malestar físico (y muchas veces, por no decir casi todas, también emocional-mental)?

Si te identificaste con alguna o varias de estas situaciones, las herramientas que te voy a compartir a continuación pueden convertirse en tus mejores aliadas para que puedas volver a sentirte en calma alrededor de la comida.  

Herramientas para volver a confiar en ti y sentirte en calma alrededor de la comida

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Antes de darte las herramientas me gustaría compartirte que, a través de estos distintos scenarios que te compartí en la pregunta inicial, la realidad es que lo único que busca nuestro cuerpo es que atendamos las necesidades que están presentes y, por alguna razón, no les estamos brindando ni la importancia ni la atención adecuada.

Permítete comer suficiente todo el día, todos los días.

¡Sí! Mereces y necesitas comer cuando sientes hambre. También mereces sentirte saciada/o después de cada comida. No hay reflejo más real de nuestras necesidades energéticas que las señales de hambre y saciedad que nos expresa nuestro cuerpo. ¡Confía en ellas!

Recuerda que un cuerpo y mente constantemente hambreados, harán que todo gire alrededor de la comida para ayudar a asegurarte de poder tener la suficiente energía para garantizar el funcionamiento de tu cuerpo. Esto se refleja en pensamientos de comida constantes, así como en señales de hambre potencializadas al momento de recibir alimento para precaberse ante otra fase de escasez de comida.

Incorpora en tu alimentación habitual esos alimentos que se te antojan tanto, más evitas hacerlo porque te da miedo no poder parar al comerlos.

¿Te acuerdas del dicho “el fruto prohibido es el más apetecido”? Bueno, en términos de alimentación es muy real. Por ello me gustaría invitarte a reflexionar si esos alimentos que deseas consumir tanto o que su consumo lo vives como una experiencia caótica, son precisamente los mismos que están vetados de tu alacena o te los permites muy de vez en cuando. Lo más seguro es que tu respuesta sea sí y, ¡es lo más normal que pase!

Aunque este punto suene terrorífico, verás que incluirlos con libertad, con frecuencia y de forma predecible va a ir disminuyendo “el poder” que sientes que tienen sobre ti. Esto se debe a que se vuelven un alimento más de tu alimentación los cuáles consumirás desde un lugar de deseo y elección de disfrute de la experiencia poniendo atención a las necesidades del momento presente, en vez de consumirlo desde el querer aprovechar la ocasión desde una mentalidad de “es ahora o nunca” o “es todo o nada”.

Haz una pausa e identifica cómo te sientes en ese momento.

Muchas de las veces que sentimos el impulso por comer en ausencia de señales de hambre física, hacer una pausa y explorar qué emociones nos están visitando en ese momento se vuelve un game changer. ¿Por qué? La comida es un recurso de gestión emocional, válido y accesible; sin embargo, cuando se vuelve el único recurso podemos sentirnos fuera de control alrededor de la comida cuando navegamos ciertas emociones o ciertas intensidades de las mismas.

 Nombra tus emociones y explora qué te pide cada una de ellas; te prometo que seguramente esto te guiará sobre cómo puedes atender tus necesidades de diversas formas que pueden incluir o no a la comida.

Antes de despedirme….

Como ves, ese descontrol al comer siempre se trató de regresar a ponernos atención y brindarnos cuidado en la forma en la que lo necesitamos en distintas áreas que impactan nuestro bienestar. Sé que no es tarea fácil, si sientes que hacerlo parece muy abrumador, aquí estoy para acompañarte paso a paso en ese camino. Y, please, si pones en práctica las herramientas no dudes en contarme cómo te fue con ellas.

Con cariño,
Sylvia. 💗